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Cena Pan y Vino, un acto de Misericordia para el Hogar de Ancianos de la Diócesis de Barahona

  Por: Lic. Luis Darío Peña El viernes 26 de febrero, de 2016, tuvo lugar en Neyba, provincia Bahoruco, la cena Pan y Vivo, a favor del Hogar de Ancianos de la Diócesis de Barahona. La actividad fue iniciada a las 8:30 de la noche, con la asistencia de más de 600 personas, provenientes de […]

 

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Por: Lic. Luis Darío Peña

El viernes 26 de febrero, de 2016, tuvo lugar en Neyba, provincia Bahoruco, la cena Pan y Vivo, a favor del Hogar de Ancianos de la Diócesis de Barahona. La actividad fue iniciada a las 8:30 de la noche, con la asistencia de más de 600 personas, provenientes de varias comunidades. La apertura estuvo a cargo del P. Ángel Cuevas, párroco de la Parroquia San Bartolomé y organizador del evento.

Las palabras centrales fueron pronunciadas por el Sr. Obispo de la Diócesis de Barahona, Excelencia Reverendísima, monseñor Andrés Napoleón Romero Cárdenas, quien dedicó el tema a los ancianos. En tal sentido precisó:

“La vejez lleva consigo una serie de limitaciones biológicas, funcionales, psíquicas y sociales: fragilidad de memoria, sueño débil, pérdida de agudeza visual, pérdida de agilidad en sus movimientos y articulaciones dolores particulares.”

Cuando se llega a la vejez, dice el prelado, se produce una ruptura profunda y visible, sobre todo cuando experimenta falta de amor y cariño, refugiándose en la soledad, el abandono y la depresión.

Agrega que en nuestra sociedad cada vez es mayor el número de ancianos que no tienen apoyo de sus familiares, ni de las autoridades, están solos y al no poder valerse por sí mismo, se derrumban, se dejan caer, llegando en muchos de los casos a perder la esperanza y ya no quieren seguir luchando. Agregó.

Como respuesta a esa realidad, abre sus puertas el Hogar de Ancianos, con capacidad para 72 envejecientes, pero en la actualidad sólo alberga 24, meta que la Diócesis quiere lograr, pero para eso necesita el apoyo solidario de hombres y mujeres de buena voluntad, como los que en esa noche hicieron sus aportaciones y mostraron un deseo profundo y sincero de seguir colaborarando. Monseñor Romero Cárdenas aprovechó el escenario para motivar a los presentes y a los que no pudieron asistir, pero promueven la ayuda a los ancianos con sus oraciones y gestos, para que se mantengan con ese espíritu generoso para lograr que los envejecientes se sigan sintiendo personas en la sociedad.

  • “El anciano se hace repetitivo, porque necesita que otros lo escuchen para que nadie olvide la realidad pasada de su vida.
  • La soledad, el abandono, el aislamiento, la tristezay el pesimismo suelen ser compañeros inevitables del anciano y, si cabe, más del anciano enfermo.
  • Los valores que hoy priman no son los que ellos pueden ofrecer: fuerza, competitividad, eficacia, dinamismo, preparación técnica.
  • Van desapareciendo sus antiguas amistades, hecho que ahonda su soledad y aislamiento. Las costumbres sociales y los gustos artísticos y filosóficos le resultan lejanos e incomprensibles.
  • Aunque el anciano no quisiera pensar en la muerte, sabe que es el destino más cercano que le espera.”

Otro aspecto al que el Sr. Obispo considera se le debe poner atención en el mundo del anciano, está ligado a sus necesidades y estas necesidades son de amor y comprensión; que se le respete y valore; que sea tomado en cuenta en las decisiones que les afecten; que se le respete y valoren sus cualidades; necesidad de confesar su propia fe y necesidad de reconciliación.

Monseñor exhortó a provocar los espacios de cercanía entre los ancianos y sus familiares; que se les garantice vida social estimulando la alegría y la paz en ellos; ayudarlos a expresarse abiertamente con los demás; gusto por las artes, la poesía y por la palabra de Dios.

Finalmente, el Sr. Obispo se dirigió a los párrocos de la Diócesis, los presentes en la cena Pan y Vino y los que no pudieron estar por la lejanía y por otros compromisos de sus áreas pastorales, para que presten a los ancianos todo el apoyo posible, facilitándole los encuentros familiares, proveyéndoles ayuda económica, visitándoles, escuchándoles y dándoles ánimo; asistir a los enfermos y darles toda la ayuda espiritual posible.

La cena Pan y Vino contó con la animación del Trío Los Rivas, entre varios artistas más, que mantuvieron el dinamismo y la alegría en los participantes.