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EUCARISTÍA ACCIÓN DE GRACIAS “CANONIZACIÓN MONS. ÓSCAR A. ROMERO”

Este domingo 14 en la Catedral Nuestra Señora del Rosario, a las 5 de las tarde será la eucaristía por acción de gracias, de la canonización de Monseñor Óscar Arnulfo Romero;  presidirá Monseñor Andrés Napoleón Romero Cárdenas, obispo de Barahona. Esta eucaristía será transmitida por esta emisora diocesana   radioenriquillo 93.7 F.M, http://enriquillodigital.com y sus diferentes redes sociales. […]

Este domingo 14 en la Catedral Nuestra Señora del Rosario, a las 5 de las tarde será la eucaristía por acción de gracias, de la canonización de Monseñor Óscar Arnulfo Romero;  presidirá Monseñor Andrés Napoleón Romero Cárdenas, obispo de Barahona.

Esta eucaristía será transmitida por esta emisora diocesana   radioenriquillo 93.7 F.M, http://enriquillodigital.com y sus diferentes redes sociales.

Monseñor Óscar Arnulfo  Romero nació un 15 de agosto de 1917 en Ciudad Barrios, Departamento de San Miguel. Su vocación sacerdotal se puso de manifiesto desde que era un niño, pues antes de empezar con sus actividades cotidianas entraba a la iglesia a encomendarse al Creador y a pedirle por su familia, según testimonio del sacerdote Nazario Monroy, quien lo conoció por aquellos años.

En 1930 y a los trece años de edad, que Oscar recibió su llamada al servicio de Dios. Ingresó al seminario menor en San Miguel y termino  estudios teológicos en la Universidad Gregoriana el 4 de abril de 1942.

Pero si bien había logrado coronar su meta, que era ordenarse sacerdote, también tuvo que soportar la dura prueba de hallarse en el corazón de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y muy lejos de su familia, de su patria, y lo peor: incomunicado por estar cautivo en un campo de concentración nazi, donde padeció y conoció de cerca los vejámenes que soportaron las comunidades judías y cristianas de todas las denominaciones.

Sin embargo, cuando aquella conflagración mundial casi llegaba a su final, logra salir de Italia a bordo del barco “Orazio” y para el 11 de enero de 1944, se encontraba en su natal Ciudad Barrios en donde celebró su primera misa solemne. Desde entonces, se le empezó a conocer como el Padre Romero y su primera parroquia fue Anamorós, en el departamento de La Unión.

En 1966, es nombrado Secretario de la Conferencia de Obispos en El Salvador, cargo en el cual permanece por once años más. Durante este tiempo, Oscar difundió centenares de sermones emotivos y espirituales a través de la radio a lo largo y ancho del país, ganándose así el respeto de la comunidad católica.

En 1970, Oscar es nombrado Obispo y ejerce al lado del entonces Arzobispo de San Salvador, Monseñor Chávez y González. También desempeñó su oficio en 1974, en la parroquia de Santiago de María, en el Departamento de Usulután.

El 3 de febrero de 1977, el vaticano bajo el mando de Pablo VI, le concedió el titulo de Arzobispo de San Salvador. Sangre tortura y persecuciones enmarcan los tres años que sirvió como Obispo de San Salvador.

En el transcurso de su ministerio Arzobispal, Mons. Romero se convirtió en un implacable protector de la dignidad de los seres humanos, sobre todo de los más desposeídos; esto lo llevaba a emprender una actitud de denuncia contra la violencia, y sobre todo a enfrentar cara a cara a los regímenes del mal.

Sus homilías se convirtieron en una cita obligatoria de todo el país cada domingo. Desde el púlpito iluminaba a la luz del Evangelio los acontecimientos del país y ofrecía rayos de esperanza para cambiar esa estructura de terror.
Los primeros conflictos de Monseñor Romero surgieron a raíz de las marcadas oposiciones que su pastoral encontraba en los sectores económicamente poderosos del país y unido a ellos, toda la estructura gubernamental que alimentaba esa institucionalidad de la violencia en la sociedad salvadoreña.

Monseñor Romero se convirtió en “Voz de los sin Voz” y en el “Pastor del rebaño que Dios le había confiado”.

Tras el asesinato de su colega y buen amigo, el sacerdote Rutilio Grande, Monseñor Romero cita las enseñanzas de su Papa favorito, Pío XI: “La misión de la Iglesia no es desde luego política, pero cuando la política toca el altar, la Iglesia defiende el altar.”

Monseñor Romero recurrió a las palabras de San Agustín y Santo Tomás para justificar a quien se levanta contra las leyes opresoras. La defensa de los pobres siempre fue su criterio para juzgar la política.

El domingo 23 de marzo de 1980 Mons. Romero pronunció su última homilía, la cual fue considerada por algunos como su sentencia de muerte debido a la dureza de su denuncia: “en nombre de Dios y de este pueblo sufrido… les pido, les ruego, les ordeno en nombre de Dios, CESE LA REPRESION”.

A raíz de su actitud de denuncia,es asesinado por un certero disparo de calibre 25 directo al corazón, en un 24 de marzo de 1980, hecho que sucedió mientras celebraba una misa en la Capilla del Hospital de la Divina Providencia en San Salvador.

El proceso de canonización e llevara  a cabo  el próximo 14 de octubre a las 10:00 a.m. (hora de Roma), el Papa Francisco canonizará al Beato Mons. Óscar Arnulfo Romero, al Papa Pablo VI y a cinco beatos más.